Sonora presente. Gustavo Egelhaaf
Nos encontramos con el actor Gustavo Egelhaaf, quien en tan solo unos años ha logrado posicionarse en la escena de la televisión, el streaming y el teatro.
Sobre Gustavo
Cuéntanos de ti, de tu personalidad.
Soy un chico sonorense bastante sencillo, aunque como todos, con sus complejidades. Siempre fui un niño muy inquieto, creativo y desde pequeño quería ser actor. Me considero un hombre muy leal, trabajador, apapachador y honesto. También tengo mis cosas, puedo ser bastante ansioso y me cuesta mucho trabajo lidiar con gente muy indecisa o poco eficiente.
¿Cuál ha sido el país que visitaste y que te dejó con mejor sabor de boca?
Suiza y Francia, tuve la oportunidad de ir a Chamonix Mont-Blanc a esquiar. Fue un gran viaje y me encantaría volver a hacerlo; la gente, la comida, las vistas, la experiencia en general.
Hemos notado un crecimiento importante, sobre todo en el corto plazo. ¿Cómo has lidiado con la fama y los nuevos retos?
La verdad es que no me ha costado mucho lidiar con la fama, fui muy afortunado de que llegaran proyectos exitosos. Sé bastante bien quién soy, qué quiero y por qué lo hago, como para que la atención me venga a mover el piso. Entiendo perfecto que la popularidad es algo efímero, que la vida es una montaña rusa y que en el mundo “todos” somos iguales, valemos por nuestra alma, no por nuestras cuentas de banco o followers o ese tipo de superficialidades.
Actor multifacético
¿Cuál ha sido tu papel más difícil de interpretar y el más querido?
“Extraños en un tren” junto a Alejandro Camacho, porque el personaje era muy complejo y tuve muy poco tiempo de trabajo con el director. Pero al final fue muy gozoso contar esa historia. Y mi personaje más querido… ¡Todos! Aunque le tengo un cariño especial a “El Pollo” que hice en la serie de El Vato porque fue la primera vez que me dejaron usar mi acento sonorense y me divertí muchísimo haciéndolo.
Cuéntanos un poco de tu papel en Cómo sobrevivir soltero.
Me encanta interpretarlo porque es distinto a mí. Es un junior privilegiado, egoísta, narcisista y mala onda. Como es comedia, se vuelve divertidísimo poder crear un personaje así de exacerbado y evidenciar ese lado tan horrible, injusto y desigual de la sociedad mexicana, y a esa banda clasista whitexican que al parecer no conoce la historia o la realidad de nuestro país.
Tu papel protagónico en Siete veces adiós ha sido un gran salto, ¿cómo fue ese cambio tan drástico y tu proceso de integración previo al personaje?
Ha sido una experiencia increíble desde el día uno. Cuando Alan me invitó al proyecto y me mandó el guión, quedé enamorado de la historia, entonces supe que tenía que ser parte de este proyecto. No podría estar más feliz y agradecido de tener una compañía tan hermosa y generosa. Creo que esa ha sido la clave del éxito tan grande que hemos tenido con este proyecto que me volvió a enamorar de mi profesión.
Sobre este musical denominado “atípico”, ¿podrías platicarnos sobre la historia? Ha tenido llenos totales y ha alargado su temporada.
Es un musical atípico porque los personajes protagónicos no cantamos. Es una nueva propuesta que creo que le llama mucho la atención tanto a la gente que ama los musicales como a quienes no. Es una especie de mezcla entre una obra tradicional con un toque de cabaret con canciones espectaculares.
La historia es de una pareja que trata de reconectar su relación después de siete años juntos y saber si tienen futuro o no. Es una historia de amor y desamor, eso ha sido la clave para el éxito que estamos teniendo y la misma razón por la que terminamos extendiendo la temporada.
Palabras sabias
¿Qué le dirías a tu “yo” del pasado?
Tenías razón, pinche necio. Gracias por no ceder ante el miedo y brincar.