BDSM, Carolina Roldán nos cuenta más sobre esta práctica sexual
El 24 de julio se celebra el día internacional del BDSM, y junto con JOYclub, Carolina Roldán nos comparte algunos consejos e información para que por fin te animes a probar estas prácticas sexuales que estamos seguros te harán vivir momentos inigualables.
¿Te atreves a explorar tus límites?
Como lo indican sus siglas, el BDSM (Bondage, Disciplina, Dominación, Sumisión, Sadismo y Masoquismo) está conformado por un conjunto de variantes poco convencionales de la sexualidad. Desde jugar el papel de sumiso, sumisa o dominante, incrementar el erotismo asumiendo un rol subordinado e incluso infligiendo dolor.
Todo siempre desde el consentimiento mutuo de los implicados y con un fin único en mente: divertirse explorando nuevas sensaciones del placer y descubrir otros colores dentro de la gama de satisfacción sexual que tenemos preconcebida.
Carolina, domina
Para saber más a profundidad sobre este fascinante tema, nos encontramos con Carolina Roldán, embajadora de JOYclub, educadora de la sexualidad, sex coach y creadora de contenido en redes sociales, y quien nos recibió vestida de domina con un impresionante vestido y guantes de látex negro que subrayaba sus labios rojos y su mirada curiosa.
Con orgullo y casualmente, Carolina nos comentó que ella es parte de la comunidad BDSM, una que es bastante grande y que va sumando adeptos. Tan es así que, el próximo viernes 29 de julio, se celebrará una fiesta con aproximadamente 300 personas.
Desde mi educación y mi privilegio, así como lo hago con joy club diciendo que soy parte del proyecto, digo sin tabú que soy bisexual, soy parte de la comunidad BDSM, soy domina. Me gusta visibilizar desde la ética y la congruencia.
Carolina nos reafirma su postura porque sabe que hay muchas personas a quienes les produce vergüenza o incluso temor por sufrir algún tipo de discriminación el admitir ser parte de esta comunidad.
BDSM, un mundo a explorar y entender
Para adentrarnos en el BDSM es importante estar conscientes y entender que no todo se trata de sexo sumiso o prácticas sado, cada sensación es distinta dependiendo de la disciplina que se practique.
Además, en una misma experiencia sexual se pueden llevar a cabo una o todas las variantes del BDSM. Los límites siempre los pones tú con base a lo que desees experimentar.
Ser parte de esta comunidad requiere preparación, es decir, informarte, tomar talleres, cursos y leer mucho sobre el tema. además de explorar lo que te gusta, algunos fetiches…
Carolina nos recuerda que la sexualidad es tan diversa como hay individuos en el mundo y que existen muchas expresiones comportamentales de la sexualidad que son afines al BDSM.
BDSM, letra por letra
Como práctica erótica, el BDSM se apoya siempre en el consenso libre, pleno, informado y actual de los participantes. A continuación, Carolina nos explica más a fondo.
Bondage: el juego de los sentidos
Término proveniente del inglés que significa esclavitud o cautiverio, pues precisamente se trata de todas aquellas prácticas eróticas basadas en la inmovilización del cuerpo de una persona para tomar el control total o parcial de su placer.
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A partir de esta práctica se establece una relación de subordinación en donde el individuo que decide ser subordinado es sometido a los deseos de su pareja.
Bajo este preámbulo la excitación se manifiesta a partir de lo inesperado y entran en juego la dominación y el control, encontrándose la parte sumisa a merced del rol dominante.
En el plano sexual, el bondage no se refiere a que domine un sexo sobre el otro, sino que al menos uno de ellos sea sometido, entregado o humillado, siendo esta la manera en la que se provoca la libido.
Durante la práctica se recurre a las ataduras con sogas, esposas metálicas o el uso de vendas y mordazas, así como cualquier elemento restrictivo que prive alguno de los sentidos del subordinado. Por ejemplo, al tener los ojos vendados no solamente pierdes el control de todo lo que pueda estar sucediendo a tu alrededor, sino que además existe ese factor sorpresa de no saber lo que te espera.
Disciplina: si rompes las reglas habrá consecuencias
Hace referencia a todas aquellas prácticas BDSM ligadas a un código de normas, castigos, protocolos de comportamiento o adiestramiento impuestos antes del juego sexual y bajo el consenso de los participantes. El objetivo es generar un ambiente diferente que brinde una dinámica más entretenida para el disfrute mutuo.
Por ejemplo, imponer una postura específica como castigo a la persona sumisa por desatarse las manos en algún juego previo es una norma perfecta para encender la fogosidad del ambiente.
A mi como domina no me gusta ser sádica. Me gusta dominar pero no llegar a un sadismo extremo.
El que asume el rol de sumiso sentirá un gran placer al complacer a su amo o ama, mientras que en el papel dominante, el impulso sexual se disparará al saber que de alguna forma se está complaciendo al sumiso o sumisa.
En esta disciplina la comunicación es vital para llegar a un acuerdo y es muy importante que cada persona conozca lo que le gusta y lo que no, fijando sus propios límites.
Ninguno de los implicados debe sentirse obligado a satisfacer deseos que estén fuera de los márgenes establecidos. Todas las prácticas BDSM rechazan el incumplimiento de un código de reglas en el cual las acciones durante la experiencia no sean sensatas y consensuadas.
Dominación: ten el control total del placer en tus manos
Como bien ya se ha mencionado, esta es una de las bases principales del BDSM en donde la persona que se adjudica el rol dominante tiene la potestad de actuar de acuerdo a su voluntad sobre la persona que adopta el rol de sumisa.
En la dominación sexual el estímulo placentero se obtiene al ejercer nuestros antojos por encima del individuo que queda a nuestra merced. Debemos estar conscientes de que en cualquiera de las disciplinas, tomar el control y asumir el mando implica muchísima responsabilidad hacia la persona que acepta ser dominada.
Todas las decisiones que se tomen durante el juego sexual deben estar sujetas al consenso y los límites que haya impuesto la misma.
Sumisión: el placer de obedecer
Es la contraparte de la dominación, y así como en el ADN existen genes dominantes y recesivos, ninguno de ellos deja de ser imprescindible para forjar los rasgos humanos. Algo muy parecido sucede en la sexualidad, ambos roles son simbióticos, ya que uno no puede coexistir sin el otro.
En las prácticas BDSM la sumisión es voluntaria, por lo que la persona que adopta el rol de sumisa accede a obedecer y satisfacer el apetito sexual de la dominante, dejando que se actúe sobre su cuerpo en base al acuerdo mutuo previamente establecido.
Sadismo: causar dolor nunca fue tan placentero
Dentro de las disciplinas eróticas del BDSM se habla de una persona “sádica” cuando la misma experimenta satisfacción sexual al provocar dolor, humillación o incomodidad sobre otro individuo que voluntariamente acepta ser sometido a dicha situación.
De esta forma, el sadismo es una práctica que consiste en sentir placer infligiendo sufrimiento físico o mental sobre otra persona.
Hay que reconocer que, muchas veces, cuando nos referimos al dolor físico, no tiene por qué llegar a ser un dolor extremo. Algo tan sencillo como mordisquear los pezones puede llegar a ser realmente estimulante para una mujer, así como para un hombre que le arañen la zona de los glúteos.
La persona que recibe este trato debe ser quien establezca la intensidad con la que desea experimentar ese dolor en base a cómo le hace sentirse.
En el papel de sádico se asume un rol dominante en donde se tendrá el control absoluto de la circunstancia. Esto quiere decir que además de disfrutar viendo cómo el sumiso se emociona al recibir unas buenas nalgadas o azotes, deberá velar en todo momento por su cuidado evitando cualquier accidente.
Todo debe haber sido previamente consensuado y si el dolor llegara a dejar de disfrutarse se termina el juego.
Masoquismo: el dolor como propulsor de tus sensaciones
Obtener placer a través del dolor es lo que define a una persona como “masoquista”. Sin embargo, cuando este dolor produce sensaciones eróticas al ser causado por un individuo que ha acordado ser parte de esta situación, es lo que se conoce como masoquismo en el BDSM.
Para muchas personas resulta vergonzoso admitir que sienten una excitación sexual por el propio dolor físico o mental al ser humillados o dominados sexualmente. Lo cierto es que esta misma vergüenza es el sentimiento que activa el deseo sexual por ser sometido adoptando un papel de sumiso.
Es importante entender que cada quien tiene un umbral de dolor diferente que debe ser respetado y reconocido por la pareja. Esto permitirá establecer un acuerdo mutuo y consensuado sobre el nivel de intensidad que se desea llegar a experimentar en la práctica. Incluso se recomienda pautar una palabra de seguridad en caso de querer abortar la misión.
Cómo dar tus primeros pasos en el BDSM
Carolina sabe que existen grupos de Facebook en los que la gente interesada en esta práctica puede generar vínculos, sin embargo, nos hace hincapié en la seguridad de la plataforma de JOYClub, en la cual, para tener una cuenta es necesario estar verificado. ¿Esto qué implica? Es necesario que cada integrante mande un video como identificación oficial.
Esto es un plus por parte de joyclub que busca la seguridad de sus usuarios, algo necesario para llevar a cabo estas prácticas.
Además, JOYClub está promoviendo eventos en honor a este tipo de prácticas, como el Concurso de Fotografía BDSM en el que incluso puedes comenzar a generar vínculos.
Si estás interesado y estás en pareja pero no sabes cómo planteárselo, Carolina también tiene algunos consejos para ti.
la comunicación es importantísima. Todas las personas tenemos expresiones comportamentales de la sexualidad. Hay quienes las validan y hay quienes no. Mi recomendación es hablar y abrazar el no, si tu pareja no está interesada.
Si tu pareja accede a explorar junto contigo, Carolina nos recomienda ir paso a paso, ir probando poco a poco qué les gusta a los dos, con qué intensidad y de qué manera. Además, nos recuerda que los aditamentos para comenzar (esposas, ataduras, etc.) se pueden comprar en sex shops, y que puedes ver videos, tomar talleres y recrear escenas.
Revisa tus sentidos. Qué te gusta probar, qué te gusta ver, cómo te gusta que te toquen.