Miguel Peón, heredero del Pop Art
La obra de Miguel Peón da fe de la conciencia y potencial que el artista tiene en relación con el arte y el negocio, de la relación autor-productor y de la vitalidad que el Pop Art mantiene hoy.
Un poco de historia
El Pop Art surgió como reacción al Expresionismo Abstracto a partir, fundamentalmente, de un cambio de fuentes: las raíces surrealistas de aquel movimiento se sustituyeron por las dadaístas del Pop, dado el interés de sus precursores por las fronteras del arte y por Duchamp, el primero en exponer objetos cotidianos, fabricados en serie, en galerías o museos.
También se considera a Yves Klein antecedente del pop por su uso de la monotonía y la indiferenciación y que lo emparenta con Warhol. Los impulsores de este movimiento convirtieron la trivialidad en un tema digno de tratamiento estético y la monumentalización recurriendo a la ampliación y reflejando los iconos de la cultura de masas de forma inteligente y crítica.
Aunque los asuntos abordados fueron banales, los medios estéticos de los artistas pop solían ser sofisticados. Por lo tanto, este fue un arte de reflexión crítica que reclamaba la ausencia de prejuicios tanto por parte de los artistas como por parte de la audiencia.
De vuelta a la obra de Miguel
Nuestra sociedad materialista y de consumo de hoy tiene mucho que ver con aquella en la que Warhol nació y en la que desarrolló su producción multiforme y mecánica. La obra de Peón no nace de una búsqueda espiritual sino de su alimento diario y del dibujo. Como él nos explica:
siempre me gustó dibujar. Me iba muy mal en la escuela porque siempre estaba soñando y dibujando”.
Oriundo de Mérida, este creador 100% yucateco, estudió diseño gráfico y se describe como “artista autodidacta, diseñador, pintor, escultor, fotógrafo, creativo y empresario”. En cuanto a su obra, afirma: “mi trabajo es completamente experimental, utilizo diferentes técnicas, materiales y elementos para transmitir una emoción al espectador”.
Fiel al espíritu del Pop Art, es habitual que Miguel trabaje en algunos proyectos propuestos por terceros: “a mí me gusta trabajar con el cliente. Juntos buscamos qué queremos proyectar con el cuadro y yo tengo total libertad en el desarrollo de la obra. El proceso es 100% mío. Yo decido la técnica, el color, etcétera”. De esta misma manera, maneja la idea de la obra múltiple, y aunque las obras parecen las mismas, cada cuadro es diferente.
Con sus vanitas como “Death is forever Bruce” y “Death is forever Peter”, sus diablitos como tributo a la carta de lotería y a la cultura mexicana o sus cuadros intervenidos con personajes de dibujos animados, Miguel representa en su obra la ironía, la seriedad, la alegría, el romanticismo y la conciencia del tiempo que escapa.